domingo, 4 de septiembre de 2011

Rasputín y los Romanov 12º Parte








El final:




En el sótano, Rasputín seguía tumbado boca arriba, tal como lo había dejado Lazovert. Yusupov atravesó cautelosamente la habitación y lo miró fijamente. Se arrodilló junto al cuerpo, miró por encima del hombro y desabrochó el pantalón de Rasputín. Empezó a tirar de él para bajárselo. En ese momento, el cuerpo se crispó. Yusupov miró la cara y gritó. Los ojos de Rasputín estaban abiertos y miraban enfurecidos a Yusupov. De una sacudida, se incorporó y se arrodilló. Cuando Yusupov trató de alejarse rodando, Rasputín lo agarró por el cuello. Yusupov soltó un aullido y peleó como un gato. De pronto, se encontró libre nuevamente. Rasputín había vuelto a rodar y estaba boca arriba nuevamente, con los brazos en cruz y los ojos cerrados. Yusupov subió a toda velocidad y encontró a Purishkevich en el pasillo.

-¡Está vivo! ¡Todavía está vivo!

Yusupov se volvió y vio a Rasputín subiendo las escaleras a gatas. Al divisar a los hombres arriba, empezó a gritar y rugir; no eran palabras, sino más bien los sonidos que habría emitido un toro herido.

-¿Dónde está el revólver? -preguntó Purishkevich y entró corriendo en la habitación.




El Diputado Vladimir Purishkevich


Rasputín llegó al último peldaño de la escalera, se puso de pie tambaleante y corrió hacia una puerta lateral. Ésta se abrió y entró un hálito de aire nocturno. Purishkevich regresó, blandiendo el revólver.

-¿Dónde está?

-Afuera, en el patio.



Purishkevich salió, seguido de los demás. Rasputín gateaba a duras penas por la nieve en el jardín gritando: ¡Félix Félix, se lo contaré a la Zarina!



El patio del lugar donde Rasputín fue asesinado, se aprecia en la nieve los lugares donde se arrastró


Purishkevich disparó tres veces para intentar detenerle, solo el tercer disparo alcanzó a la víctima en la espalda. Rasputín cayó boca abajo, se convulsiona violentamente agitando la cabeza hacia delante y atrás, Purishkevich se acerca y le propina una fuerte patada en la sien para asegurarse de su muerte (algunas versiones cuentan que no fue una patada sino un tiro, pero esto hubiera supuesto la muerte inmediata de Grigori, y en las fotos de su muerte no se aprecia el tiro en la cabeza).

Un momento más tarde, un policía apareció en la entrada.

-¿Qué ocurre?

Yusupov se acercó apresuradamente al policía, que lo reconoció.

-¡Ah, es usted, alteza! Escuché disparos.

Yusupov lo agarró del brazo.

-Sí, no fue nada. Sólo un convidado tonto que está tratando de enseñarnos cómo mató a un oso de cerca.

Se echó a reír, pero sentía que se entrecortaba su voz. Agarró al policía del brazo y lo llevó a la calle.


-Realmente, no hay de qué preocuparse. No queremos un escándalo...

El policía saludó rápidamente.

Para entonces, había varias personas más en el patio. Eran los sirvientes de Yusupov. Purishkevich se encontraba de pie junto al cuerpo tumbado.

-Creo que sigue vivo. Acaba de moverse -dijo.

-Metámoslo en la casa -sugirió Yusupov.

Llevaron el cuerpo al comedor y extendieron periódicos en la alfombra con el fin de evitar las manchas de sangre. Mientras lo hacían, alguien tocó el timbre de la puerta. El sirviente entró y susurró a Yusupov:

-Hay un policía en la puerta... quiere verlo.

Era el mismo que vieron en el patio.

-Mire, señor, lo lamento, pero creo que debo pedirle más detalles. No puedo regresar y...

Se interrumpió, sobresaltado, cuando Purishkevich salió corriendo de la sala y lo agarró del brazo.

Los ojos del hombrecillo centelleaban.

-Hombre, ¿ha oído hablar de Rasputín? -preguntó con voz tensa y aguda.

El policía asintió con la cabeza.

-¿El hombre que ha estado traicionando nuestro país con los alemanes, el amante de la emperatriz?

Yusupov intentó interrumpir, pero Purishkevich alzó la voz.

-Bueno, pues está muerto. Lo hemos matado. Yo soy Vladimir Mitrafanovich Purishkevich, miembro de la Duma. Lo matamos para salvar a Rusia. Y si usted es un patriota, no dirá una palabra de esto. ¿Entiende?

El policía volvió a asentir con la cabeza, demasiado asombrada para hablar. El comportamiento de Purishkevich hacía pensar que estaba borracho.

-¡Ahora, déjenos hacer nuestro trabajo!

El policía permitió que lo sacaran por la puerta principal.

-¡Ahora sí que la has liado! -exclamó Yusupov-. Más vale que lo arrojemos al río en seguida. Tendremos la mitad de la policía aquí en un minuto.

La obvia histeria de Purishkevich lo hacía sentir calmado y superior. Entró en el estudio y sacó una porra del escritorio.

-¡Esto es por si acaso vuelve a despertar!

Mientras hablaba, Dmitri Pavlovich gritó: -¡Félix! ¡Rápido! ¡Está vivo! 



El Gran Duque Dmitri Pavlovich Romanov


Rasputín luchaba por sentarse y con las manos arañaba el periódico que tenía debajo. Tenía la cara cubierta de sangre y una mejilla sangraba donde Purishkevich le había dado la patada en el jardín. Con un grito de rabia, Yusupov se abalanzó sobre él, le golpeó violentamente con la porra, gritando:

-¡Hale! ¡Toma esto! ¡Esto hará que te acuestes!

Rasputín se derrumbó sin emitir sonido. Yusupov permaneció inmóvil encima de él, atacándolo con la porra.
Finalmente, Dmitri Pavlovich lo agarró del brazo.

-Basta. Está muerto. ¿Quieres llenarte de sangre?

Yusupov soltó la porra, se volvió y empezó de pronto a llorar histéricamente. Entonces se volvió otra vez y miró el rostro apaleado, que ya parecía totalmente inhumano, y se desmayó. Purishkevich se dirigió a los sirvientes, que se encontraban en el umbral de la puerta.

-Consigan una manta y envuélvanlo. ¡Apresúrense! La policía podría llegar en cualquier momento.

Lo arrastraron por los pies, con la cabeza golpeando los escalones, dirigiéndose hacia el coche.

Llegaron al río Neva, el Gran Duque Dimitri y Purishkevich tiran el cuerpo a las gélidas aguas, tres días más tarde unos transeúntes que paseaban encuentran el cuerpo de Rasputín.



Cuerpo congelado de Rasputín, recién sacado del río Neva, sus brazos en alto muestran que estuvo consciente e intentó escapar hasta el final









Los asesinos olvidaron atar a Rasputín con algún objeto pesado para que se hundiera. Días más tarde los asesinos confiesan alegando: "perpetramos el asesinato en un arrebato de locura patriótica". Dimiti y Félix no volvieron a hablarse, tampoco fueron juzgados por matar a Rasputín. De hecho años después su hija, María, demandaría a los asesinos, que incluso publicaron libros creyéndose auténticos héroes.

Lo cierto es que lo campesinos lloraron la muerte de Rasputín, pero en general, para toda Rusia, la muerte de Rasputín fue un alivio.

La Zarina no tardó en enterarse y se mostró destrozada y guardo luto por la muerte de Rasputín, el zar fue inmediatamente a San Petersburgo para consolarla.



La Zarina de Luto por la muerte de Grigori

Dos días después, Rasputín fue enterrado en el parque imperial de Zarkoé Selo, le falta menos de un mes para cumplir 48 años. Para entonces, María había encontrado la carta de su padre, en la cual predecía su propia muerte, y se la entregó a la zarina como se le había indicado:


La carta decía:


“El espíritu de Grígori Efimovich Novhyk de la aldea de Pokrovskoé. Escribo y dejo la presente carta en San Petersburgo. Tengo la impresión de que dejaré esta vida antes del primero de enero. Deseo hacer saber al pueblo ruso, a Papa, a la Madre rusa y a los niños, a la tierra de Rusia, lo que deben comprender. Si me matan unos asesinos comunes y particularmente mis compañeros campesinos, vos, zar de Rusia, no tenéis nada que temer, permaneced en el trono y gobernad, y vos, zar de Rusia, no tendréis por qué temer por vuestros hijos, pues reinarán durante cientos de años en Rusia. Pero si me asesinan unos boyardos, unos nobles y si derraman mi sangre, sus manos permanecerán manchadas con mi sangre, no podrán lavarse mi sangre de las manos en veinticinco años. Se irán de Rusia. Hermanos matarán a hermanos y se matarán mutuamente y se odiarán y, durante veinticinco años, no habrá nobles en el país. Vos, zar de la tierra de Rusia, si oís el repicar de una campana que os diga que Rasputín ha sido asesinado, debéis saber esto: si fueron vuestros parientes los que causaron mi muerte, entonces nadie de vuestra familia, es decir, ninguno de vuestros hijos o parientes vivirá más de dos años. El pueblo ruso los matará. Me voy y percibo la orden divina de decir al zar del pueblo ruso cómo ha de vivir si he desaparecido. Debéis reflexionar y actuar con prudencia. Pensad en vuestra seguridad y decid a vuestros familiares que he pagado por ellos con mi sangre. Me matarán, ya no formo parte de los vivos. Rezad, rezad, sed fuerte, pensad en vuestra bendita familia”.


Grigori.


Dimitri Pavlovich y Yusupov eran ambos miembros de la familia real, Dimitri por lazos de sangre y Yusupov por lazos matrimoniales.
El zar no regresó al frente. No quiso separarse de su familia, hacía bien...pues no les quedaba mucho tiempo.
La Zarina quedó horrorizada con aquella carta que auguraba su muerte...




La tumba de Rasputín en Zarkoé Selo



La familia imperial fue capturada, los Zares y sus cinco hijos. De camino a su cautiverio vieron de lejos la casa de Rasputín en Pokrovskoé, ya que era más alta que las demás.




La leyenda de Rasputín:






Tal y como predijo Rasputín, la familia fue asesinada antes de dos años. Muchos rumores han circulado a lo largo de casi un siglo, y se sabe hoy a ciencia cierta de que no hubo ningún superviviente.



Detalle del primer disparo que recibió Rasputín

También se sabe que a pesar de la leyenda de hombre invencible que circuló sobre Rasputín por ingerir veneno, pero no probó nada de lo que había en la sala, en consecuencia el cianuro no pudo hacerle efecto, también es cierto que aguantó de forma milagrosa las patadas en la cabeza y cara como se aprecia en la foto de arriba y dos disparos, el de Félix que le alcanzo en el costado izquierdo casi en el estómago, y otro de Purishkevich en la espalda cuando intentaba huir en el patio, debido a que ambos tiros le alcanzaron en zonas que no eran vitales pudo sobrevivir, finalmente murió ahogado, la madrugada del 16 de diciembre de 1916, en las heladas aguas del río Neva.
La fecha de la muerte, al igual que la de su nacimiento, también varía ya que algunos cuentan que fue el 29 de diciembre. Su hija María, algunos biógrafos y hasta el museo donde se encuentra el miembro de Rasputín, confirman la fecha de defunción como 16 de diciembre.




Retrato de Rasputín fechado en 1913, pintado por  Nikolai Kornilovitch Bodarevski



El carisma de Rasputín:


Tanto en su vida como después de su muerte, Rasputín ha sido mencionado en decenas de películas, no solo biográficas, sino del mundo del comic, como por ejemplo Hellboy. Sin duda es un personaje de leyenda rodeado por siempre de todo tipo de rumores, muchos de ellos he intentado aclararlos a lo largo de las doce partes de este relato biográfico del personaje. 

Por último, aunque ya lo comenté (no pondré foto) el miembro de Grigori, se exhibe en un enorme frasco de formol en un museo, irónicamente lo que se ha conservado de él es lo que tanto éxito le dio en vida con sus numerosas seguidoras. Yo sostengo y creo que Rasputín no llegó a tener una relación carnal con la Zarina.
Según la hija de Rasputín, María, escribió afirmando en una de sus biografías que Yussupov violó a su padre con ayuda por sus cómplices, antes de dispararle el último tiro.
Además de tal tortura, a parte de las numerosas patadas en la cara, disparos e intento de envenenamiento, uno de los asesinos lo castró y arrojó a un rincón el pene (al poco tiempo tirarían su cuerpo al río Neva). Después uno de los sirvientes lo recogió y llevaría el miembro consigo en su precipitada huida a París, muchas décadas más tarde terminaría a la vista de todos en un museo de erotismo en San Petersburgo.





Bibliografía:


Santos Bosch: Rasputín
Ediciones G.P. Barcelona 1936.

Colin Wilson: El mago de Siberia.
Editorial Planeta, S.A... 1990.

Alejandra Vallejo-Nágera: Locos de la historia.
La Esfera de los Libros, S.L. 2007.


Imágenes procedentes de: wikipedia.org

4 comentarios:

  1. Espeluznante final el de Rasputín, cuánto padeció este hombre para morir. Sin duda, luchó como un cosaco por su vida aferrándose a sus últimas fuerzas, me conmueve imaginar a un hombre tan herido intentando huir de sus asesinos arrastrándose en la fría nieve, sabiendo que está malgastando su energía inútilmente, puesto que no tenía escapatoria en esas condiciones.

    Muy buena esta serie, te felicito

    Un abrazo

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  2. Muchas gracias por tu comentario Magnolia! La verdad que la muerte de Rasputin es de las peores que he leido. Junto con las sirvientas de la Condesa Bathory. Rasputin sufrio el terror prolongado de numerosos intentos de asesinato y torturas. Intento de envenenamiento, un disparo, huida por el patio helado, otro disparo, patadas y garrotazos en la cabeza, violado, castrado, sumergido en agua helada y finalmente ahogado. Deberia haber muerto por los golpes en la cabeza o desangrado pero le toco padecer una muerte angustiosa. Me parece un personaje fascinante y personalmente pienso que nadie merece una muerte tan atroz. Su mirada profunda, habilidad para hipnotizar y carisma fueron demostrados durante toda su vida.

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  3. Por cierto, un abrazo grande y gracias de nuevo por la critica ;)

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