jueves, 10 de marzo de 2011

Realidad de pesadilla: Erzsébet Báthory 1ª Parte




Aquí estamos otra semana más. Tenía muchos personajes en la cabeza y no sabía cual elegir, y aunque la corte francesa no deja de ser muy interesante, esta vez voy a escribir sobre alguien que no tiene precedentes. Ella tiene el record Guinness de muertes en serie, con 650 reconocidas, y otras tantas que no se han registrado pero que no por eso dejan de existir. En teoría Erzsébet no era consciente de esto, puesto que por su rango, ella creía plenamente que tenía derecho y nunca entendió por que se la condenó.

Hay otra cosa en Erzsébet Báthory que llama la atención, con ella realmente se aplica el dicho de "las apariencias engañan", ya que tras su aspecto mojigato y delicado, se esconde un secreto inmensamente oscuro, una verdad que ni en nuestras peores pesadillas podríamos creer.

Este relato narra de forma literal la naturaleza cruel de una mujer desesperada por no envejecer nunca, unas torturas que ni pensamos existen, pero que ella no duda en aplicar diariamente a sus víctimas.



Así pues, comenzamos con la vida de Erzsébet Báthory, Isabel Báthory en castellano.







Orígenes de los Báthory:


La familia Báthory es tremendamente antigua y también popular (tanto en lo bueno como en lo malo), y es precisamente por tantas relaciones familiares entre ellos, por lo que todos los Báthory son crueles, lujuriosos, valientes y lunáticos.

El originen del apellido Báthor, significa valiente.

El encumbramiento de la familia, cuya primera posesión se encuentra en la aldea de Gut, data del Rey Salomos (1063) y del duque de Geza (1074). Distintas actas reales de donación, datan del 1326 y dan fe del constante favor de los soberanos hacía la familia.

Pedro Báthory fue canónigo pero se negó a recibir órdenes y se desvinculó de la Iglesia, fue el antepasado de la rama Báthory-Ecsed, en el condado de Száthmar, en el nordeste. Aún pueden verse las ruinas del antiguo castillo de los Báthory a la sombra de los Grandes Cárpatos. Por mucho tiempo se conservó allí la auténtica corona de Hungría, la de San Esteban con la cruz inclinada. Juan Báthory fue el fundador de la rama Báthory-Somlyó en el oeste, en la región del lago Balaton. Las dos ramas siguieron distinguiéndose:

Esteban III, palatino de Hungría durante el reinado de Fernando I, Esteban IV "el de los pies grandes".

Los padres de Erzsébet son primos: Jorge y Anna, pertenecientes a la rama de Ecsed él y Somlyó ella; sus primos por parte de Somlyó eran reyes de Polonia y Transilvania respectivamente.



Infancia:



Erzsébet Báthory nace en Hungría el siete de agosto de 1560, tenía tres hermanos (Esteban, conocido como El Cruel, Clara y Sofía), aunque no se sabe demasiado sobre estos.

La pequeña fue criada con nula atención en su cultura, ya que hasta que no llegó con once años a casa de sus suegros no aprendió a leer y escribir. Además se la consideraba muy hermosa y le encantaba que sus sirvientas se lo dijeran a menudo. Se sabe que siempre mostró un carácter muy fuerte, se enfadaba por poco. Cuando jugaba con sus primas las golpeaba, y también a sus criadas (bromas macabras y travesuras a sus primas y primos detalladas en la quinta parte de esta biografía).

El sueño de la niña es típico en su edad, tener trajes bonitos, asistir a fiestas y ser el centro de atención en la corte de Viena.

Además la permitían hacer todo lo que se le antojaba y su naturaleza agresiva y cruel se mostró desde muy joven.

Sufría de fuertes jaquecas y sus gritos retumbaban por el castillo, ella hacía llamar a sus sirvientas, cuanto más entradas en carnes mejor, después se abrazaba a ellas fuertemente y las mordía el hombro con todas sus fuerzas, arrancando el trozo de carne y masticándolo, mientras escuchaba los gritos de la pobre sirvienta, que mágicamente, calmaban sus dolores.

Otro método al que estaba acostumbrada Erzsébet desde niña para aliviar sus migrañas era el que consistía en ponerle sobre la frente, un pichón vivo al que abren las entrañas en el acto junto a su cama, si no está caliente, ella no nota ningún alivio.

Cuando Erzsébet sufre jaquecas, los criados confiesan sentirse aterrados y dicen escuchar alaridos durante horas, en ese estado es casi imposible acercarse a la niña, ya que entra en tal histeria que además de morder, araña y arranca el cabello del valiente que se le acerque, esta costumbre aunque más adelante intenta ser corregida por su suegra, para desgracia de las sirvientas... no desaparecerá durante el resto de su vida.

La pequeña Erzsébet va creciendo... se vuelve adicta a talismanes, conjuros, pócimas de mandrágora y belladona, hierbas de condición alucinógena (que en aquella época son usados para mermar el dolor de parturientas y heridos de guerra), de esa forma, desde muy pequeña, se aficiona a las drogas, hechizos y a la brujería, haciéndose completamente dependiente.

Se comenta que la joven solo teme a los espacios cerrados y a la oscuridad, de ahí a que siempre este rodeada de candelabros encendidos. También se decía que era más valiente que muchos hombres, y que de joven fue mordida por un lobo al que ella misma había alcanzado con una flecha. Pensando que estaba muerto se acercó a él, arrodillándose junto al animal. Pero en un último reflejo, el lobo giró su hocico y la mordió ligeramente en una mano. Automáticamente Erzsébet desenfundó su cuchillo y le cortó el cuello de un tajo mientras lo maldecía. Luego, sin preocuparse por su herida, acercó su cara al lobo y dijo:

-Te vagy enyém baty, bocsánát... Voltál hüyle...
"Perdóname hermano. Fuiste tonto..."


Preparación antes del matrimonio:




Cuando tiene diez años el padre de Erzsébet muere, dejando a Anna con numerosos hijos de anteriores matrimonios y de este último. Al tener varias hijas a las que casar, para asegurar el futuro de cada una de ellas, la madre de Erzsébet decide enlazar el destino de la niña con otra familia que asegurará su porvenir.
A los once años Erzsébet es prometida con Ferencz (Francisco en castellano) Nádasdy que cuenta con dieciséis primaveras, un enlace realmente redondo y ventajoso para ambas familias.



Ferencz Nádasdy II
Nacido el 6 de octubre de 1555


Como es costumbre en la época, la pequeña es enviada con sus suegros (al castillo de Sárvar) para que sea educada como una buena esposa.
Orsolya (Úrsula en castellano), la somete a una esmerada disciplina cultural e intenta transmitirle el espíritu familiar que se muestra en su hogar. Aunque en aquella época no era lo común en los matrimonios concertados, los padres de Ferencz se adoraban con fervor, un cariño puro y tierno, escribiéndose cartas a diario (algunas pueden leerse hoy en día).

La relación de Orsolya y Erzsébet nunca será buena.

Esto se debe a varios motivos, probablemente por que cuando la pequeña llega al castillo de sus suegros, está acostumbrada a hacer lo que se le antoja y no se le da muy bien eso de "aceptar órdenes". Por otro lado, cuando su suegra ve como trata a las sirvientas, y sus remedios para las jaquecas, debió sentirse verdaderamente horrorizada e intenta siempre por todos los medios corregir esas insanas costumbres (aunque nunca lo consigue).


Si hay alguna palabra que describe la estancia de Erzsébet antes de su boda, es la de "aburrimiento" y lo expresa a menudo. No puede tomar decisiones propias ya que Orsolya le dice constantemente que debe hacer, que ropa debe ponerse, como debe hablar y a donde debe ir. La niña se harta enseguida de la situación y escribe a sus padres que la saquen de allí, ellos siempre contestan que aguante el aburrimiento hasta la boda, pues después cambiarán las cosas.
Orsolya enseña a su nuera todo lo que puede para que sea una buena esposa para su hijo (aunque este no estaba muy por la labor de casarse, su madre le convence de que no hay felicidad sin matrimonio, y al ser el único varón, no tiene mucha opción).

Erzsébet con ayuda de su suegra aprende a leer, escribir (como su marido había hecho con ella), hablar tres idiomas, las órdenes que hay que dar para que las alacenas estén limpias, la ropa de la casa y mesas azafranada o blanqueada como es debido y doblada y prensada en cuadros lo más pequeños como resulte posible. También le enseñan a bailar, a ser coqueta y lavarse a menudo, perfumarse ella misma y perfumar también las habitaciones, a vestir con elegancia, a ser elegante en las fiestas, a blanquear su piel y teñir su cabello de rubio.

Cambió su color de pelo gracias a una laboriosa receta italiana, debía lavarlo diez veces al día con azafrán, camomila y ceniza. En invierno era necesario poner el pelo húmedo al calor del fuego y en verano a los rayos del sol, el rostro bien protegido bajo cremas y ungüentos hechos de maceraciones de hojas de beleño, estramonio y belladona, plantas venenosas pero que blanqueaban la piel.
Los esfuerzos de Orsolya darán sus frutos, ya que Erzsébet destacará en todos los círculos sociales y fiestas bastante más que su futuro marido.

Después de cuatro años de estrictas enseñanzas, al cumplir los quince, Erzsébet se casa con Ferencz.



Actos de Rebeldía antes de la boda:



Aunque Erzsébet se comportaba como una niña mimada y tozuda, hubo una guinda final antes de su matrimonio que casi lo echa a perder. No se sabe porque lo hizo, por puro aburrimiento, lujuria o venganza.

El caso es que cuando tiene catorce años pide a su suegra permiso para ir a despedirse de su madre, Anna, pues la boda estaba ya cerca. Marchó hacia su antiguo hogar, acompañada de una única dama.
 La sorpresa se la encuentra Anna cuando descubre con horror que su joven hija está embarazada de un campesino, aunque hizo frente a la situación con buen criterio. Temía más que nada el escándalo y la ruptura de tan beneficioso matrimonio con los Nádasdy, así que tomó una decisión.

Se llevó a Erzsébet a un castillo lejano, por Transilvania y dejó correr la voz de que la novia adolescente sufría una grave enfermedad contagiosa. Cuidaron a Erzsébet su madre, aquella mujer venida de Csejthe y una comadrona que había jurado guardar el secreto. Nació una niña a la que llamaron Erzsébet. Y Anna Báthory dejó bajo custodia, junto con una generosa renta, a aquella mujer que había acompañado a su hija desde Csejthe y había presenciado el parto. Hizo venir a su marido y ambos se quedaron con la niña.
A la comadrona la envió a Rumanía con una suma de dinero que le permitía vivir cómodamente, pero nunca podría volver a Hungría. Anna y Erzsébet, según se dice, fueron después directamente a Varannó donde se celebraría la boda.

Hay otros que comentan que no fue un campesino quien la dejó embarazada, sino un sirviente llamado László Bende, fue salvajemente castrado y arrojado a los perros, por el propio Ferencz que tendría unos 19 años, pero en principio al haberse mantenido el secreto, no debería haber sido descubierto y sería más lógico pensar que pudo huir al ver que la joven se marchaba del castillo intuyendo la que podría caerle encima si se enteraban el embarazo, también dicen que el bebé fue asesinado para no dejar rastro del pecado de Erzsébet.



La boda:


Los Nádasdy habían cambiado y vendido algunos castillos para comprar el de Csejthe, había sido propiedad de Matías Corvino y Maximiliano II de Austria, que se lo vendió a Orsolya Kanizsay y Ferencz Nádasdy por la suma de 86.000 florines austríacos. Compraron al mismo tiempo otras 17 aldeas y castillos.

Para una boda, era costumbre escoger el lugar más cómodo y hermoso. Léká y Csejthe en sus montañas escondidas no lo eran demasiado, bajaron al sitio más cercano que encajaba con las necesidades para el enlace, Varannó. Estaba situado al borde de la llanura. El 8 de mayo de 1575, Ferencz y Erzsébet se casaron.

No hay mucha información de ese día, la descripción que tenemos en la siguiente:

Las damas nobles de Hungría no acostumbraban a maquillarse. Erzsébet se erguía toda de blanco y perlas, muy pálida bajo sus oscuros cabellos y su mirada profunda inmersa en la lejanía. En el día de su boda estaba enfadada (como de costumbre), sus damas de honor se esforzaban por ajustarle el pesado traje nupcial, ni del todo húngaro ni del todo oriental, muy pomposo, cuyo raso se comprimía con rombos de hilos de perlas.
También llevaba de enormes perlas el collar y los pendientes, que hacían resaltar su tez mate y sus grandes ojos negros. Las mangas eran anchas, y bajo las ropas, en partes de lo más variadas, iban cosidos talismanes para ser amada, fecundada, para gustar siempre y para que su belleza fuera siempre la de aquel magnífico día.





Continuará....






Bibliografía:


Alejandra Vallejo-Nágera: Locos de la historia.
La Esfera de los Libros, S.L. 2007.


Valentine Penrose: La Condesa Sangrienta.
Ediciones Siruela, S.A. 1987, 1996, 2008.


Alejandra Pizarnik: La Condesa Sangrienta.
Libros del Zorro Rojo, 2009.

Javier García Sánchez: Ella, Drácula.
Editorial Planeta, S.A., 2006.

Imágenes procedentes de: wikipedia.org

3 comentarios:

  1. HOLA SOY LUJÁN
    YO LEÍ ESA HISTORIA ATRAPANTE Y TERRIBLE.
    NO PODÍA CREER QUE FUERA CIERTO TODO LO QUE OCURRÍA EN ESA NOVELA, PERO AL MISMO TIEMPO SABÍA QUE MUCHOS AUTORES HABÍAN ESCRITO SOBRE ELLA.

    LA SUMARÉ A MI LISTA DE MUJERES CÉLEBRES DE TODOS LOS TIEMPOS.

    TE INVITO DE CORAZÓN A VISITAR MI BLOG.

    lujanfraixretratos.blogspot.com

    UN BESITO

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  2. Hola Luján! bienvenida y gracias por tu visita!
    Con la condesa lo normal es que pensar que son leyendas, ya que es duro creer que algo tan grotesco sucedió de verdad. Báthory inspira mucho para escribir, hay mucho por escribir sobre ella (aunque casi todo escalofriante).

    He visitado tu blog y me ha encantado, así que yo también te he sumado a mi lista de blogs favoritos

    Besitos!!

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  3. Hola Beatrix!! Me ha puesto lo pelos de punto al presenciar a tan temprana edad la crueldad de Báthory. Mordía a sus propias criadas con una ferocidad sin remordimientos; debía ser totalmente aterrador. Un artículo muy completo sobre su vida, me ha atrapado desde el principio. Espero ansiosa la continuación! Besos

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