jueves, 10 de febrero de 2011

Seguimos en la corte Francesa: La Princesa Palatina 1ª Parte

Lo prometido es deuda, como dije la semana pasada, esta vez toca un personaje no muy conocido, fascinante y sin complejos, alguien muy adelantada a su época.
Su nombre es Isabel Carlota del Palatinado, aunque también es conocida como la Princesa Palatina, Liselotte por sus familiares y Madame en la corte francesa.
Como la semana anterior el texto fue un poco largo (once páginas de word) ésta vez lo estoy escribiendo en dos partes (si veo que me enrollo mucho pues serán tres)
Os dejo con mi aporte de esta semana, la primera parte del relato, espero que os guste.



Infancia:


Isabel Carlota del Palatinado nace en el Castillo de Heidelberg, el 27 de mayo de 1652, no se sabe demasiado sobre su infancia aunque para Liselotte fue la mejor época de su vida. El matrimonio de sus padres era feliz parcialmente salvo por el extremado interés en la caza y alguna relación extramatrimonial por parte de su padre con una de sus sirvientas (lo que era muy normal en la época).
Finalmente su padre pidió el divorcio para casarse con la mencionada sirvienta, María Luisa de Degenfeld en 1658.



Liselotte con tres años, retrato de 1655

Aunque Liselotte no volvió a ver a su madre, si que mantuvo el contacto por correspondencia.
A los cinco años enviaron a la pequeña a vivir con su tía Sofía (a la que escribió muchas cartas a lo largo de su vida en Francia, algunas las leeréis aquí), allí fue muy feliz y nunca perdió el contacto con sus hermanas.



Sofía de Wittelsbach, tía de Liselotte (hermana de su padre, Carlos I Luis del Palatinado)

En 1663 Liselotte volvió a su hogar con su nueva madrastra y decidió que quería casarse con su primo Guillermo de Orange (futuro Guillermo III de Inglaterra), pero su familia decidió que sería más ventajoso casarla con el recién enviudado Felipe (de la joven Enriqueta de Estuardo), hermano del Rey de Francia Luis XIV.



Liselotte en su adolescencia


¿Por qué Luis XIV decidió elegir a Liselotte como segunda esposa de su hermano?
A parte de por las alianzas políticas, el Rey francés pensó que como su hermano no estaba muy contento con su antigua mujer, considerada una diminuta flor delicada muy hermosa y femenina, Liselotte era todo lo contrario, ruda, robusta, no muy agraciada y hombruna. No hay que olvidar que el Felipe era homosexual y no lo escondía, exhibiendo sus amantes en público, y cuidando mucho su afeminada vestimenta y maquillaje.




Isabel Carlota del Palatinado a los 19 años.



Rumbo al matrimonio:

Liselotte llega a Versalles un año después de la muerte de su predecesora Enriqueta de Inglaterra. La recién llegada a la corte solo tiene 19 primaveras, a grandes rasgos éste era su aspecto: Pelo rizado, nariz aguileña, frente aplastada, papada, mofletes cubiertos de pecas... Así se describe ella en una de sus cartas:

Mi grasa está mal distribuida, por lo que me sienta mal. Tengo, si se me permite decirlo, un culo terrible y el pecho planos. Para decir verdad, soy horrible, pero tengo la fortuna de no preocuparme de ello.(Carta escrita en el palacio de Marly, 19 de febrero de 1705).


El carácter de esta mujer es jovial, agudo e inteligente y no le gusta lo cínico.

Tras un largo y duro viaje por Heidelberg, sin saber qué aspecto tendrá su futuro esposo, llega a Metz y contrae matrimonio por poderes. El anciano mariscal Du Plessis-Praslin ocupa en el altar el sitio del novio ausente. Después de esto a la novia le toca otro largo viaje a Châlons, donde se encontrará con su verdadero marido.
La pobre Liselotte lleva un mes de viajes en un nuevo país, ha cambiado de nacionalidad, idioma y religión, y además se ha casado con una persona que no ha conocido ni visto, imaginaos el talante con el que llega a su destino.

Llega el momento y los recién casados se encuentran.

El aspecto de Felipe es de lo más cuidado: Su cuerpo cubierto de joyas, los rizos de su peluca ascendiendo tres palmos por encima de su cabeza y desde allí cayendo en cascada hasta la mitad de la espalda, los lazos de su camisa ondeando al viento, altos tacones, labios pintados con carmín y un lunar artificial y muy negro junto a su boca.
La carroza de Liselotte se detiene. La novia baja de la carroza con sus kilos de más y su gusto dudoso en el vestir.



Liselotte de adolescente, con uno de sus famosos vestidos de "gusto dudoso"

A penas puede reprimir un grito ante lo que está viendo. A Monsieur (Felipe) le ocurre lo mismo aunque lo expresa de distinto modo y comenta a sus acompañantes: ¡Oh! ¿Comment pourrai-je coucher avec elle?, lo que viene a significar, cómo pretenden que él se acueste con "aquello". (C.Pevitt, p. 11.)



Felipe de Orleans, Monsieur.


Allí mismo comienzan todas las preocupaciones que ya nunca abandonarán a Liselotte (Madame desde aquel momento).
"Aquí la gente es tan floja y tan vacía como un ganso" escribe al poco de llegar.
En otra carta comenta: "Quisiera gritar. ¡Oh, madre, me gustaría tener paciencia, por favor dame paciencia! Eso es lo que más necesito ahora. (Saint Germanin, 5 de febrero de 1672)

Liselotte tiende al perfeccionismo en los detalles, a la intolerancia y al estupendo concepto de sí misma.
Adora la gloria, otorga inmensa importancia a los detalles y no soporta las chapuzas.
Muy tolerante con los defectos propios y de sus hijos, es muy estricta con la conducta del resto de los mortales.
Se mira en el espejo y aún sabiendo que su imagen se opone a lo que en ese momento considera hermoso, se muestra encantada consigo misma.
Quita importancia a sus defectos empleando un sentido del humor muy agudo.
Ella disfruta bastante riéndose de sí misma. No tiene pelos en la lengua y le cuesta mantenerse relajada.
De carácter contundente y decidida como un hombre, lo que conlleva la fama de ser más masculina que su propio marido (aunque por otro lado eso tampoco es muy difícil).

Ninguna otra mujer habría podido aguantar lo que soporta Madame durante los treinta años que dura su matrimonio.





Isabel Carlota del Palatinado



Vida en la corte:

Monsieur lleva una vida frívola, insiste en llevar a Madame a fiestas que a él le divierten pero que ella odia, la maquilla en un vano intento de volverla más coqueta y guapa, algo que nunca consigue. Ella mantendrá su aspecto orondo y robusto el resto de su vida.
Liselotte adora a las mascotas y siempre va rodeada de un grupo de perritos escandalosos.
Las misas de palacio le resultan muy aburridas, llegando a decir en algunas de sus cartas que son como opio para ella y que no puede conseguir escuchar un sermón sin quedarse siempre dormida.
La encanta escribir, redacta unas treinta páginas al día como mínimo y se conservan más de 70.000 cartas que escribió a sus familiares y amigos a lo largo de toda su vida. Su correspondencia constituye suculentos y divertidos relatos de lo que ocurre en la corte. Os dejo una muestra de cómo describe a su marido y a su cuñado Luis XIV:

No cabe imaginar hermanos más diferentes que Su Majestad y Monsieur, pese a lo cual ambos se aprecian mucho. El Rey es alto, de piel tostada, aspecto viril y tiene una ampulosa y distinguida apostura. La pinta de Monsieur no es innoble, pero su estatura es baja y su pelo, cejas y pestañas son negros en demasía. Tiene la cara alargada y estrecha, la nariz grande, boca pequeña, dientes desgastados, sus maneras son mas femeninas que masculinas y no le interesan ni los caballos ni la caza, pero sí las apuestas, las recepciones, la buena comida, bailar y vestirse; en resumen, todo lo que nos gusta a las mujeres. Mientras el Rey ama cazar, la música, la danza clásica y el teatro, mi marido solo se interesa por la decoración y las mascaradas. Al Rey le encanta ser galante con las mujeres, sin embargo no creo que mi marido se haya enamorado nunca. (París, 9 de enero de 1716. Carta a Karoline de Gales.)

A causa de la sexualidad de Monsieur, la obligación de engendrar herederos se convierte en un reto complicado para ambos cónyuges. Madame cuenta a un confidente que su marido necesita recurrir a los poderes divinos para enfrentarse a sus obligaciones en el lecho:

Traía a la cama un rosario lleno de medallas, con el fin de rezar antes del acto- relata una de sus biógrafas-. Un día Madame escuchó un tintineo de las medallas bajo la manta y preguntó qué era aquello. Ante la negativa de él a explicarse, ella encendió una vela. Monsieur enrollaba el rosario en sus partes privadas. "No me parece adecuado, Monsieur, que honres a la Virgen posando su imagen en las partes que hacen perder la virginidad" (C. Pevitt, p.16.)



Continuará...





Bibliografía:

Alejandra Vallejo-Nágera: Locos de la historia.
La Esfera de los Libros, S.L. 2007.

Imágenes procedentes de: wikipedia.org

2 comentarios:

  1. Un personaje fascinante que a menudo consigue hacerme reir con su forma de ver la vida. Sus memorias son una auténtica delicia.

    Muchas gracias por visitar mis blogs, madame. Es usted muy amable.

    Buenas noches

    Bisous

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  2. Muchísimas gracias por su visita Madame! siempre es un placer leeros, sus blogs son muy amenos e interesantes.
    Liselotte es un gran personaje con mucha carisma, a penas leer unas lineas escritas por ella se siente una enorme simpatía.
    Yo estoy empezando con este blog como pasatiempo, vuestro trabajo es una gran inspiración para mi.

    un abrazo!

    Que paséis un buen día ^^

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