Particularidades de Pedro:
Durante casi toda su vida el Zar es asiduo a las borracheras y bufonadas que van de la mano con el maltrato y humillación que hace sufrir a sus allegados (si no pueden parecerse a Pedro, sufrirán las consecuencias en público).
En 1687 Pedro cree que su hermanastra Sofía está conspirando contra él. No duda en mandar cortar los brazos y piernas de los traidores, teniendo especial cuidado e interés en que los desgraciados permanezcan conscientes hasta el momento de su decapitación. Iván Miloslavsky muere en último lugar, teniendo que presenciar tan grotesco espectáculo, por el contrario, Pedro se deleita con cada escena macabra y cada grito de dolor. La expresión del Zar es imperturbable y disfruta especialmente viendo como las mujeres e hijos de las víctimas se derrumban entre llantos y lágrimas.
Sofía se libra de este destino por muy poco. Es metida en una cárcel (con apariencia de convento). De esta forma se asegura de que su hermanastra no tenga ninguna otra idea de "conquista". Ya mencionamos anteriormente que las vistas de la celda de Sofía eran las cabezas mutiladas de sus "supuestos" seguidores.
El problema real de Pedro no es solo el alcohol, él mismo es su peor enemigo, ya que constantemente ve enemigos dónde no los hay, lo que le llevará a cometer algo "fuera de lo común".
Contaremos ahora lo que le sucedió al hijo de Pedro, Alexis (que fue víctima de su propio padre).
El primogénito no se parece en nada a su padre. Perezoso, adicto al juego, no le atrae en nada lo militar.
Lo que mas molesta Pedro de Alexis es que no muestra ningún interés por el trono ruso.
Alexis también ignora a la esposa que le ha impuesto su padre, una princesa alemana llamada Charlotte Brunswick. Por el contrario, mantiene una relación estable y seria, sin ocultarlo a nadie, con su sirvienta finlandesa (y amante) llamada Afrosina (me encantaría poner un retrato de ella, pero me ha sido imposible localizar ninguno, al igual que si encontré retratos de Charlotte que compartiré al final de esta entrada).
La mala relación del Zar con su hijo no es un secreto. Pedro discute a gritos, le zarandea, le arrastra por el suelo agarrándole por los pelos y, mediante tipo este tipo de escenas a las cuales van siempre unidas crueles amenazas, desencadenan que Alexis sea introvertido, tímido y sobretodo, resentido.
Pedro no siente ningún pudor a la hora de comentar sobre su hijo lo siguiente: "Es como un miembro que se me hubiese gangrenado" a eso agrega: "Es como el personaje que, en el Evangelio, se afana en esconder todos sus talentos". Este tipo de lindezas refuerzan la rebeldía del zarévich.
Harto de evasivas en todos sus aspectos por parte de su primogénito, Pedro escribe esta carta:
Recuerda tu obstinada y enfermiza naturaleza, cuántas veces te la he reprochado y por cuánto tiempo te he retirado la palabra a su costa. Pero nada de eso ha servido, nada te ha hecho cambiar. No he conseguido más que perder el tiempo, más que golpear al aire. No haces el más mínimo esfuerzo, y toda tu dicha parece consistir en permanecer inactivo en casa. Muchas cosas de las que te deberías sentir avergonzado (y que por otra parte te convierten en un miserable) parecen otorgarte el máximo placer, no ves sus peligrosas consecuencias tanto para ti como para toda Rusia. (Fuente: John McCreath Farquhar, página 116)
El Zar termina la carta con la amenazada de borrarle de su testamento si no cesa su pésima y problemática actitud. Alexis, lejos de tener miedo, no cabe en sí de gozo. Así responde a la carta:
Si su Majestad me priva de la sucesión al trono de Rusia a causa de mi incapacidad, pido que sea cumplida la voluntad de mi Señor. Imploro que tal decisión sea prontamente acometida, pues no me veo encajado en los asuntos de gobierno. (Fuente: Henri Troyat, página 201)
El Zar que mata a su hijo:
Pedro está desesperado y trama otra argucia. Quizá Alexis aborrezca el trono, pero es evidente su amor por Afrosina. El Zar juega con esto y da un ultimátum a su hijo: "Préparate para gobernar o para ingresar en un monasterio. Tú decides".
El zarévich no lo duda un instante y huye de Rusia. Personas cercanas a Alexis le advirtieron que si alguna vez eso pasaba, no habría vuelta atrás, ya habían escuchado al Zar, no existiría piedad, ni siquiera para su propio hijo. Palabras textuales "Recuérdalo; si el Zar envía a alguien a persuadirte para que vuelvas, haz caso omiso. Si regresas, hará que te decapiten en publico".
Aunque el joven recibió buenos consejos, decide escapar en 1716, disfrazado de oficial.
No está muy claro si huye por su poca inteligencia o por su llamativa osadía. El lugar que elige para escapar es Viena, bajo la protección de su cuñado, el emperador Carlos VI. El detalle es que se lleva a su amante ,Afrosina, eso no le hace nada de gracia al emperador, su hija Charlotte (mujer de Alexis) había muerto recientemente.
Incluso bajo estas tensas circunstancias, Carlos VI ayuda a Alexis pero por poco tiempo, las muestras del zarévich con su amante en público hace que los Habsburgo se sientan ofendidos. Alexis decide huir a Nápoles.
El Zar se queda sin respiración cuando se entera de que su hijo ha huido. Además de verlo como una grave traición de su propia sangre, teme que otros usen el ejemplo de su hijo para quitarle autoridad y prestigio como gobernante de la nación.
Pedro no tarda en enviar numerosos espías para hacer que su hijo vuelva a casa. Poco tardan en descubrirlo en Nápoles. Alexis se deshace entre lágrimas e hipidos, se calma un poco al leer una carta que le dirige su padre:
Hijo mío:
Tu desobediencia y el desprecio que has mostrado hacia mis órdenes son de todo el mundo conocidos. Ni mis palabras ni mis correcciones han servido para que te adaptes a mis instrucciones, y por último, habiéndome decepcionado cuando planteé una despedida (del trono) y contraviniendo las promesas que hiciste, has llevado tu desobediencia hasta un punto álgido mediante tu fuga, lo que te coloca en el papel de un traidor bajo protección extranjera. Esto es algo nunca oído hasta ahora, ni en nuestra familia ni entre individuos que merecen algo de consideración. ¡Cuánto mal, cuánta profunda aflicción has causado a tu padre, y en cuánta vergüenza has hundido a tu país!.
Te escribo por última vez para que hagas lo que los señores Tolstoy y Rumyantsov (los hombres que localizan a Alexis) te digan y declaren que es mi voluntad. Si me temes, te aseguro y también prometo a Dios y a Su veredicto final, que no te castigaré. Si acatas mi voluntad a través de la obediencia a mi persona, si vuelves, te amaré más que nunca. Pero si rehúsas, entonces como padre tuyo y bajo el poder que Dios me ha otorgado te maldigo eternamente, y como tu soberano te declaro traidor y te aseguro que descubrirás el verdadero tratamiento que se da a los que tu condición, en lo que espero Dios me asista tomando esta causa en Sus manos.
A partir de ahora recuerda que no te obligo a hacer nada ¿Qué necesidad tengo de acotar tu libre elección? Si hubiese querido forzarte, ¿acaso carezco de poder para hacerlo? Sólo tengo que ordenarlo para ser obedecido. (Fuente: Henri Troyat, página 202)
A parte de tan suculenta oferta, el zarévich recibe también permiso por escrito para renunciar al trono como él tanto ansía. La felicidad no le deja ver lo que hay más allá...un destino nefasto.
Sueña en casarse con Afrosina y vivir en el campo, por un instante sus pensamientos son tan reales que parecen cobrar vida, ilusiones. Alexis decide regresar...ignorando las advertencias.
Se celebra una ceremonia pública en el Kremlin, un hijo arrepentido se postra ante los pies de su padre, renuncia al trono en favor de su hijo (su esposa Charlotte no sobrevivió al parto), admite sus pecados, suplica clemencia, esperando el ansiado momento de desaparecer junto con Afrosina.
Puede que Pedro perdone a su hijo en público, pero su mente piensa, imagina todo tipo de posibles conspiraciones y traiciones a causa de la fugaz escapada de su hijo, su posición y legado corren peligro, según él.
En consecuencia, y como todos sabían, no cumple lo acordado. Toma preso a Alexis y le ordena que diga los nombres de todas las personas que le ayudaron y le dieron refugio en su escapada. Llueven los nombres, muchos de los acusados...son decapitados en público, a otros se les corta la lengua o trituran sus huesos a golpe de martillo, cualquier tortura siempre ante el inmenso público.
Alexis sólo observa, piensa que esta a salvo, que su padre solo está demostrando su poder, como suele hacer siempre. El pobre joven no se imagina lo que le espera...
El Zar está convencido, sufre una tremenda paranoia y cree ciegamente que su hijo planea quitarle el trono.
Quiere escuchar de los labios de su hijo la "supuesta" conspiración, decide usar su sistema de tortura que nunca falla. El látigo. La herramienta empleada es gruesa, con tres nudos que al golpear arrancan la piel. La resistencia suele ser de 15 a 25 latigazos, pasada esta cifra, no se puede escapar de la muerte.
Alexis recibe 25 latigazos en su primer día de interrogatorio, como no existe conspiración, no da ninguna información. Pedro sabe que ha hablado con el emperador de Austria y quiere todos los detalles. Al día siguiente ordena azotar a su hijo 15 veces más.
Ante la tortura Alexis confiesa que había dicho a su sacerdote que odiaba a su padre y que deseaba su muerte.
Pocos días más tarde el zarévich muere por la brutal tortura que su propio padre ordena.
La muerte del Zar, inesperada:
Pedro no muestra ningún remordimiento, sobrevive 7 años a su hijo. Los testigos cuentan que que no cambió en nada su forma de gobernar, igual de cruel e implacable.
La causa de la muerte del Zar es la negligencia. Pedro está en el punto álgido de su fama.
A Pedro se le ocurre sumergirse en la corriente helada del río Neva. Fuera del agua el viento de enero corta los cuerpos; dentro de ella la sangre fluye menos y la piel se vuelve azul.
Un grupo de marinos está a punto de naufragar y el Zar no duda en ir a salvarlos.
Pero era valiente, útil, seguro, enamorado de Rusia y de los rusos.
Ya se había bañado anteriormente en aguas heladas sin mayores consecuencias pero los años no perdonan.
La fiebre se junta con afección venérea que sufría desde antaño, una cirrosis producida por su descomunal alcoholismo, infección de vejiga y cálculos de riñón, además de gangrena. Durante muchos años vivió con tal número de enfermedades, en esa ocasión la fiebre pudo llevárselo.
El 28 de enero de 1725, en el palacio de invierno, tras horribles alucinaciones, fiebres y dolores, el Zar pide una pluma, con pulso tembloroso comienza a escribir "Entregadlo todo a....", muere antes de escribir el nombre del beneficiario. Las guerras por la sucesión los años después serán feroces...Los llantos invaden toda Rusia.
Alexis
La mala relación del Zar con su hijo no es un secreto. Pedro discute a gritos, le zarandea, le arrastra por el suelo agarrándole por los pelos y, mediante tipo este tipo de escenas a las cuales van siempre unidas crueles amenazas, desencadenan que Alexis sea introvertido, tímido y sobretodo, resentido.
Pedro no siente ningún pudor a la hora de comentar sobre su hijo lo siguiente: "Es como un miembro que se me hubiese gangrenado" a eso agrega: "Es como el personaje que, en el Evangelio, se afana en esconder todos sus talentos". Este tipo de lindezas refuerzan la rebeldía del zarévich.
Harto de evasivas en todos sus aspectos por parte de su primogénito, Pedro escribe esta carta:
Recuerda tu obstinada y enfermiza naturaleza, cuántas veces te la he reprochado y por cuánto tiempo te he retirado la palabra a su costa. Pero nada de eso ha servido, nada te ha hecho cambiar. No he conseguido más que perder el tiempo, más que golpear al aire. No haces el más mínimo esfuerzo, y toda tu dicha parece consistir en permanecer inactivo en casa. Muchas cosas de las que te deberías sentir avergonzado (y que por otra parte te convierten en un miserable) parecen otorgarte el máximo placer, no ves sus peligrosas consecuencias tanto para ti como para toda Rusia. (Fuente: John McCreath Farquhar, página 116)
El Zar termina la carta con la amenazada de borrarle de su testamento si no cesa su pésima y problemática actitud. Alexis, lejos de tener miedo, no cabe en sí de gozo. Así responde a la carta:
Si su Majestad me priva de la sucesión al trono de Rusia a causa de mi incapacidad, pido que sea cumplida la voluntad de mi Señor. Imploro que tal decisión sea prontamente acometida, pues no me veo encajado en los asuntos de gobierno. (Fuente: Henri Troyat, página 201)
El Zar que mata a su hijo:
Pedro está desesperado y trama otra argucia. Quizá Alexis aborrezca el trono, pero es evidente su amor por Afrosina. El Zar juega con esto y da un ultimátum a su hijo: "Préparate para gobernar o para ingresar en un monasterio. Tú decides".
El zarévich no lo duda un instante y huye de Rusia. Personas cercanas a Alexis le advirtieron que si alguna vez eso pasaba, no habría vuelta atrás, ya habían escuchado al Zar, no existiría piedad, ni siquiera para su propio hijo. Palabras textuales "Recuérdalo; si el Zar envía a alguien a persuadirte para que vuelvas, haz caso omiso. Si regresas, hará que te decapiten en publico".
Aunque el joven recibió buenos consejos, decide escapar en 1716, disfrazado de oficial.
No está muy claro si huye por su poca inteligencia o por su llamativa osadía. El lugar que elige para escapar es Viena, bajo la protección de su cuñado, el emperador Carlos VI. El detalle es que se lleva a su amante ,Afrosina, eso no le hace nada de gracia al emperador, su hija Charlotte (mujer de Alexis) había muerto recientemente.
Incluso bajo estas tensas circunstancias, Carlos VI ayuda a Alexis pero por poco tiempo, las muestras del zarévich con su amante en público hace que los Habsburgo se sientan ofendidos. Alexis decide huir a Nápoles.
El Zar se queda sin respiración cuando se entera de que su hijo ha huido. Además de verlo como una grave traición de su propia sangre, teme que otros usen el ejemplo de su hijo para quitarle autoridad y prestigio como gobernante de la nación.
Pedro no tarda en enviar numerosos espías para hacer que su hijo vuelva a casa. Poco tardan en descubrirlo en Nápoles. Alexis se deshace entre lágrimas e hipidos, se calma un poco al leer una carta que le dirige su padre:
Hijo mío:
Tu desobediencia y el desprecio que has mostrado hacia mis órdenes son de todo el mundo conocidos. Ni mis palabras ni mis correcciones han servido para que te adaptes a mis instrucciones, y por último, habiéndome decepcionado cuando planteé una despedida (del trono) y contraviniendo las promesas que hiciste, has llevado tu desobediencia hasta un punto álgido mediante tu fuga, lo que te coloca en el papel de un traidor bajo protección extranjera. Esto es algo nunca oído hasta ahora, ni en nuestra familia ni entre individuos que merecen algo de consideración. ¡Cuánto mal, cuánta profunda aflicción has causado a tu padre, y en cuánta vergüenza has hundido a tu país!.
Te escribo por última vez para que hagas lo que los señores Tolstoy y Rumyantsov (los hombres que localizan a Alexis) te digan y declaren que es mi voluntad. Si me temes, te aseguro y también prometo a Dios y a Su veredicto final, que no te castigaré. Si acatas mi voluntad a través de la obediencia a mi persona, si vuelves, te amaré más que nunca. Pero si rehúsas, entonces como padre tuyo y bajo el poder que Dios me ha otorgado te maldigo eternamente, y como tu soberano te declaro traidor y te aseguro que descubrirás el verdadero tratamiento que se da a los que tu condición, en lo que espero Dios me asista tomando esta causa en Sus manos.
A partir de ahora recuerda que no te obligo a hacer nada ¿Qué necesidad tengo de acotar tu libre elección? Si hubiese querido forzarte, ¿acaso carezco de poder para hacerlo? Sólo tengo que ordenarlo para ser obedecido. (Fuente: Henri Troyat, página 202)
A parte de tan suculenta oferta, el zarévich recibe también permiso por escrito para renunciar al trono como él tanto ansía. La felicidad no le deja ver lo que hay más allá...un destino nefasto.
Sueña en casarse con Afrosina y vivir en el campo, por un instante sus pensamientos son tan reales que parecen cobrar vida, ilusiones. Alexis decide regresar...ignorando las advertencias.
Se celebra una ceremonia pública en el Kremlin, un hijo arrepentido se postra ante los pies de su padre, renuncia al trono en favor de su hijo (su esposa Charlotte no sobrevivió al parto), admite sus pecados, suplica clemencia, esperando el ansiado momento de desaparecer junto con Afrosina.
Puede que Pedro perdone a su hijo en público, pero su mente piensa, imagina todo tipo de posibles conspiraciones y traiciones a causa de la fugaz escapada de su hijo, su posición y legado corren peligro, según él.
En consecuencia, y como todos sabían, no cumple lo acordado. Toma preso a Alexis y le ordena que diga los nombres de todas las personas que le ayudaron y le dieron refugio en su escapada. Llueven los nombres, muchos de los acusados...son decapitados en público, a otros se les corta la lengua o trituran sus huesos a golpe de martillo, cualquier tortura siempre ante el inmenso público.
Alexis sólo observa, piensa que esta a salvo, que su padre solo está demostrando su poder, como suele hacer siempre. El pobre joven no se imagina lo que le espera...
El Zar está convencido, sufre una tremenda paranoia y cree ciegamente que su hijo planea quitarle el trono.
Quiere escuchar de los labios de su hijo la "supuesta" conspiración, decide usar su sistema de tortura que nunca falla. El látigo. La herramienta empleada es gruesa, con tres nudos que al golpear arrancan la piel. La resistencia suele ser de 15 a 25 latigazos, pasada esta cifra, no se puede escapar de la muerte.
Alexis recibe 25 latigazos en su primer día de interrogatorio, como no existe conspiración, no da ninguna información. Pedro sabe que ha hablado con el emperador de Austria y quiere todos los detalles. Al día siguiente ordena azotar a su hijo 15 veces más.
Ante la tortura Alexis confiesa que había dicho a su sacerdote que odiaba a su padre y que deseaba su muerte.
Pocos días más tarde el zarévich muere por la brutal tortura que su propio padre ordena.
Alexis, único hijo de Pedro
La muerte del Zar, inesperada:
Pedro no muestra ningún remordimiento, sobrevive 7 años a su hijo. Los testigos cuentan que que no cambió en nada su forma de gobernar, igual de cruel e implacable.
La causa de la muerte del Zar es la negligencia. Pedro está en el punto álgido de su fama.
A Pedro se le ocurre sumergirse en la corriente helada del río Neva. Fuera del agua el viento de enero corta los cuerpos; dentro de ella la sangre fluye menos y la piel se vuelve azul.
Un grupo de marinos está a punto de naufragar y el Zar no duda en ir a salvarlos.
Pero era valiente, útil, seguro, enamorado de Rusia y de los rusos.
Ya se había bañado anteriormente en aguas heladas sin mayores consecuencias pero los años no perdonan.
La fiebre se junta con afección venérea que sufría desde antaño, una cirrosis producida por su descomunal alcoholismo, infección de vejiga y cálculos de riñón, además de gangrena. Durante muchos años vivió con tal número de enfermedades, en esa ocasión la fiebre pudo llevárselo.
El 28 de enero de 1725, en el palacio de invierno, tras horribles alucinaciones, fiebres y dolores, el Zar pide una pluma, con pulso tembloroso comienza a escribir "Entregadlo todo a....", muere antes de escribir el nombre del beneficiario. Las guerras por la sucesión los años después serán feroces...Los llantos invaden toda Rusia.
Pedro en su lecho de muerte
Numerosos y variados retratos de Charlotte Brunswick, esposa de Alexis
Aquí termina mi aporte sobre Pedro el Grande, pensaré en el próximo personaje y en el 2013 lo sabréis. Gracias a tod@s.
Felices fiestas y feliz año 2013 (sí, por adelantado)
Bibliografía:
Alejandra Vallejo-Nágera: Locos de la historia.
La Esfera de los Libros, S.L. 2007.
Merejkowshy, Dimitri: PEDRO I EL GRANDE.
Rústica editorial. 1910.
Wikipedia
Imágenes procedentes de: wikipedia.org